Esther Ferrer durante su actuación en Es Baluard. Foto: b. ramon |
LARA VILLAR | Diario de Mallorca
Pocas artistas nacionales contemporáneas son capaces de ligar como ella el sentido del arte y la vida. Las preguntas más existenciales, los porqués más comunes a todo ser humano son representados a través de dibujos, pinturas, fotografías, instalaciones, vídeos, un programa informático y una grabación de audio. Su muestra también es un retrato de la evolución del arte español en los últimos cuarenta años. Esther Ferrer (Sant Sebastián,1937) consigue integrar con En cuatro movimientos, el arte, la belleza de las matemáticas y la filosofía en las paredes del museo de Es Baluard. La exposición se inaugurará hoy a las 20 horas, tras la performance que la artista ofreció ayer en el Aljub del Museo sobre la teoría y práctica de la creación artística.
La iniciativa se enmarca en un contexto de crisis económica; la falta de recursos hace que se aúnen esfuerzos y la exposición se organice con Acción Cultural Española (AC/E), Fundación Artium de Álava, Es Baluard y el Centro Galego de Arte Contemporánea. Así, la muestra de Ferrer, comisariada por Rosa Olivares, podrá verse simultáneamente en tres espacios, hasta el 22 de abril en Palma.
En cuatro movimientos. Ciento trece obras realizadas entre los años 1981 y 2011 que "no pretenden ser autobiográficas ni retrospectivas", detalla la artista. Simplemente reúnen cuatro de los aspectos tratados por ella misma a lo largo de toda su trayectoria artística: el tiempo, la repetición, el infinito y la presencia. Conceptos abstractos y a menudo difíciles de comprender que Ferrer enlaza en su obra buscando en ellos el sentido mismo de la vida: "El arte es mi manera de intentar comprender el mundo, el por qué estamos aquí, por qué vivimos y por qué morimos".
Expertos la califican como la reina de la performance y "artista nata". En España no es, sin embargo, tan reconocida como en el exterior, donde su presencia en la escena internacional es constante. Reconocida en 2008 como Premio Nacional de Artes Plásticas, Ferrer todavía se sorprende cuando descubre que su trayectoria es inspiración de muchas generaciones de artistas amateurs. Confiesa que su exposición, su arte, lo trabaja "para ella", a pesar de sentirse bien cuando otras personas se encuentran en su misma onda y aprecian sus mismas inquietudes. Su obra, su pensamiento y su propio cuerpo son las herramientas con las que la artista se comunica. Estos elementos son, en palabras de su comisaria Rosa Olivares, "la melodía de esta acción, de esta exposición, que siempre han acompañado el trabajo de Esther Ferrer".