27/2/13

El Confidencial

Eugenio Merino tendrá que esperar hasta el 11 de julio para saber si es un artista libre. El juzgado de primera instancia número 26 de Madrid ha marcado esa fecha para resolver el juicio por la demanda interpuesta por la Fundación Francisco Franco contra el artista y su obra Always Franco, expuesta en la edición de Arco de 2012, en la que un muñeco de silicona representaba al dictador español aparecía vestido de gala, gafas de sol dentro de un frigorífico comercial con el diseño de una conocida marca de refrescos. En la audiencia previa la fundación ha ratificado la demanda y ha exigido el testimonio de Eugenio Merino.

La fundación reclama 18.000 euros de indemnización al artista por daños al honor del dictador. También pidió la retirada de todas las imágenes de la polémica pieza, pero la juez determinó las en las medidas cautelares que no era necesario. "Han conseguido juicio", dice Merino. "Al final consiguen lo que quieren, que cada artista que haga algo sobre Franco sepa que no podrá exponerlo", explica. Ahora queda por determinar si esos 18.000 euros se justifican. Su abogada, Susana Plaza, explica a El Confidencial que la Fundación podría haber retirado la demanda después de la rotundidad con la que se expresó la juez. Pero se han ratificado.

El propio artista reconocía en los días previos a esta audiencia previa que dicha fundación ya había conseguido lo que quería: que Merino no haya pisado Arco en la edición que acaba de clausurarse. "Ya han establecido el criterio editorial de la feria", asumía el artista. Merino declaró públicamente, en su perfil de Facebook, la censura que cometió el director de la feria: "Este año Carlos Urroz no me deja ir a Arco".

El arte, en cuestión

La intención de Merino era, como explicó en su día, demostrar que la memoria de este país no está bien cerrada. El revuelo que protagonizó aquel año la feria de arte contemporáneo demostró que las heridas todavía sangran. La demanda cuestionaba la obra del artista: "Que sea o no arte escapa de la función jurisdiccional, no el atentado al honor a través de una obra que se quiere tildar de artística". Para los abogados de la fundación Always Franco no era una obra de arte, la definieron como "escarnio a la figura de Francisco Franco que no se puede consentir", "un atentado" que reproduce al dictador "rayando con lo grotesco y lo ofensivo", que caricaturiza "al anterior Jefe de Estado", y, en resumen, que es una provocación. Se alegó que Merino ridiculizó al dictador para darse relevancia, porque, según su parecer, es "un autor desconocido".

Merino esperaba la ratificación, aunque eso no le ayuda. "El camino se hace muy cuesta arriba. Además, si el presidente de Ifema, José María Álvarez del Manzano les apoya a ellos y no a mí todavía es más difícil", reconoce. El exalcalde de Madrid y actual presidente de Ifema envió una carta a la Fundación Francisco Franco en la que aclaraba que comprendía el malestar de la fundación "porque razón tienen". Además, informa que la Junta Rectora valoró "retirar" la obra, pero reclinaron hacerlo dado que hubiera significado mayor publicidad para el artista. Es decir, se vio en la potestad de censurar.

José María Álvarez del Manzano, añade que se vio "sorprendido por la presencia de la obra del Sr. Merino entre las expuestas en Arco", y explica que le pareció "una indignidad". "Representar a cualquier ser humano, con independencia de la personalidad del general Franco, es absolutamente inadmisible y, desde luego, el autor creo yo que sólo ha pretendido, en principio, llamar la atención".

El caso también ha hecho reaccionar a la comunidad artística con una plataforma que nació al hilo de la demanda. Artistas Antifascistas nació con un "manifiesto en apoyo a Eugenio Merino y a favor de la libertad de expresión", que de momento ronda las 1.200 firmas en la página. En el texto del mismo se dice que "resulta llamativo que la fundación que guarda el legado de un dictador –que persiguió con dureza el ejercicio de las libertades y a quien pueden atribuirse las penurias vividas por cientos de miles de exiliados y represaliados- pretenda poner obstáculos a la libertad de expresión que salvaguarda la legislación".