Reflexión sobre el año de la ejecutiva y nuestro último calentón (en clave de trot)
Àngel Pascual Rodrigo - President de l’AAVIB
Esta semana en Son Pardo fue descalificado por galopar el caballo que comparto con dos artistas, dos profesores de la UIB y un par de propietarios más.No es de extrañar que el trot tenga tanto predicamento en Mallorca. Es una escuela de carácter muy propia para estos lares.
Poco puedo enseñar al respecto, pero explicaré a quien no lo sepa que los caballos no puede perder la contención en las carreras de trot y ponerse a galopar.
Además de resultarme más bella la estampa de un caballo trotando que galopando, me hace comprender ciertas claves de la misteriosa condición mallorquina, que tanto me atrae.
Los misterios siempre tienen dos caras: Una de ellas es, en este caso, la aparente gravedad de una descalificación ocasional —con la que los poco persistentes olvidarían el brillante palmarés de un Usa de Font, nuestro caballo (clicad, clicad aquí)—. La otra cara es la sabiduría socarrona que sabe decir a tiempo un “Ha tingut un calentó”, como si no hubiera pasado nada. Hay quien se derrumba al primer tropiezo, pero, por suerte, los más de los mallorquins de debò le saben echar pecho, siguiendo y dando un alentador “Tranquil, que teniu tot el meu suport i la meva confiança”.
La ejecutiva actual de AAVIB cumplió el mes pasado un año de gestión.
Quizá fuera el momento de echar una mirada atrás y hacer un recuento de acciones, poniendo en entredicho a quien por ignorancia o mala fe haya dicho o escrito que no hemos hecho nada. Pero los oídos sordos son para estas ocasiones. Los socios sois testigos y ahí están los correos, la web y el día a día de la aavib, reflejando el continuo trote, sin cansaros con la enumeración de los esfuerzos que dedicamos a cada cosa.
De todos modos, los socios tenéis la palabra en cualquier momento y en un año acabará nuestro periodo de gestión. Deseamos y esperamos que se vayan presentando relevos para seguir este trabajo tan ilusionante, aunque a veces resulte ingrato. Les daremos la bienvenida, dejandoles el puesto y nuestro aliento. La andadura demuestra que podemos conseguir muchas cosas y está claro que necesitamos conseguirlas.
Y, por favor, que nadie pierda los nervios si alguna vez damos otra galopada.