Los ponentes. Paco Espinosa (AAVIB) a la izquierda. Foto: Lluis Fuster |
Diario de Mallorca
M. ELENA VALLÉS. PALMA
M. ELENA VALLÉS. PALMA
Todos los ponentes están de acuerdo: Balears no tiene problemas con su creatividad sino con la dirección de las políticas culturales. Por ende, con su gestión. El epígrafe de la conferencia de ayer en el foro de opinión de este periódico, El futur de la cultura a les Illes Balears, parecía a priori excesivamente amplio si no había una moderación con preguntas muy concretas o un documento base del que partir, dos elementos que finalmente vertebraron las intervenciones. Puntualizadas después por algunos candidatos de los distintos partidos políticos de las islas. Por lo que el debate fue en parte preelectoral y de balance de la legislatura.
Los diez puntos del Decàleg de Cultura que en noviembre de 2011 firmaron las distintas asociaciones culturales de las islas marcó el arranque. "¿Qué habría que revisar de este texto?", preguntó la moderadora, Tina Codina, miembro de la junta directiva de la Associació de Professionals de la Gestió Cultural de Balears, organizadora de la mesa redonda.
Paco Espinosa, representante de los intereses de los artistas visuales, respondió el primero: "Nosotros hemos defendido siempre los documentos de buenas prácticas, pero en realidad no se están aplicando en los centros. Muchos de ellos se están abriendo sin un plan y no se les pagan unos honorarios a los artistas". Como ejemplo concreto, Espinosa apuntó que Es Baluard, abierto desde 2004, ha aprobado recientemente su plan museográfico. Asimismo, señaló que en esta legislatura como en las anteriores (Codina también preguntó por la gestión de estos últimos cuatro años) al tema de la adquisición de obra de arte por parte de las instituciones le falta publicidad. "Deben crearse comisiones especializadas para ello, algo que tampoco se está haciendo", indicó. Por otra parte, se quejó de la falta de visualización de los artistas baleares en el exterior.
Algo que fue puntualizado por otros ponentes, que recordaron en este sentido la labor de promoción exterior llevada a cabo por el Institut Ramon Llull, "un acierto por parte del Govern haber vuelto a él", dijeron.
El incumplimiento de la creación de un consejo de las artes de la comunidad, una iniciativa sólo puesta en marcha por el Ayuntamiento de Palma, fue señalada por el dramaturgo Biel Jordà, vicepresidente de la Associació d´Empreses Productores de Teatre i Dansa. "Un organismo que debería servir no sólo como asesoría profesional, sino que en realidad deberían ser ellos los que decidieran el futuro de la cultura y no los políticos", indicó. Por otra parte, alertó sobre el posible quebrantamiento de lo que ya está consolidado culturalmente, a causa de la rebaja "brutal" del presupuesto para cultura en dos años "con excusa de la crisis". Asimismo, Jordà no vio ningún acierto en la política cultural desarrollada por el Consell. La cara del mundo editorial la puso Miquel Ferrer, presidente del Gremi d´Editors, el más pesimista de la mesa en cuanto a diagnóstico actual. "Estamos igual o peor que hace cuatro años por la crisis. Y porque la Administración debe ser ágil para conseguir recursos. Ahora es tan difícil cobrar una ayuda, hay tantos obstáculos, que en la práctica no te presentarías a las líneas de subvenciones", apuntó. "Todo el mundo quiere tener consellerias de Cultura, pero vas a una y te mandan a la otra. Lo que hay que cambiar es la Administración", insistió. Ferrer fue muy elocuente sobre la situación actual de la cultura en las administraciones poniendo simplemente unos cuantos ejemplos. "Las Converses en Formentor están bien pero no funcionan, son ornamentales; no hay dinero para hacer la última encuesta de lectura del Pla de Foment de la Lectura del Govern; las ayudas de suport genèric han bajado un 30% y aún tenemos pendientes de cobrar las del año pasado; por poco no celebramos la Fira del Llibre; las trabajadoras del Espai Mallorca llevan dos meses sin cobrar otra vez; el Consell lleva un año sin abastecer de novedades editoriales a las bibliotecas". Y así un etcétera de cuestiones que pusieron el dedo en la llaga. Biel Amer, presidente de los gestores culturales, no fue tan lejos, per sí señaló la necesidad de una coordinación mayor entre administraciones para optimizar los recursos. Por otra parte, opinó que en el tema de los espacios sí se ha dado un importante paso hacia adelante en los últimos cuatro años. Y aplaudió asimismo el reingreso en el Ramon Llull y la entrada en la Euroregió. Para Lluís Segura, miembro fundador de la Associació de Professors d´Escoles de Música i Conservatori), es necesario cambiar "la función ornamental que la cultura tiene en la Administración. Hemos de conseguir que la gente se sensibilice a partir de la educación", declaró. Segura propuso algunos ejemplos de retroceso en su área. "El Conservatori Superior ha recibido un 30% menos de presupuesto y el programa Viu la Cultura ha pasado a ser algo testimonial", explicó. Asimismo, comentó que hace seis años la plástica y la música desparecieron de las aulas para quedar fusionadas en una misma asignatura, Educación Artística. Codina, por su parte, aportó dos aciertos más de los últimos cuatro años: por una parte, la creación por parte de la Universitat de les Illes Balears de un postgrado sobre gestión cultural; y por otra, la puesta en marcha de otro sobre artes escénicas en la ESADIB. Acerca del futuro, todos los ponentes están convencidos de que la fuerza creativa de esta tierra es imparable. Y que se necesita inversión, educación, mejorar la gestión de la Administración y trabajar con el potencial turístico de la isla.