27/8/11

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El_amor_brujo_estrado_del_escenario_baumeister

A.P.R.
Palma cuenta con un museo de primer nivel que pasa desapercibido por la población mallorquina mientras es valoradísimo por los especialistas no baleares que lo conocen.
Este Museo de Arte Español Contemporáneo es modélico, y ojalá fuera tomado como tal por otros museos de las islas a los que viene grande el nombre de museo.
Desde AAVIB agradecemos a la Fundación Juan March el continuo el mantenimiento de este espacio y sus contenidos permanentes y temporales. Destacamos algunas de sus virtudes:
  • Sus exposiciones siempre están ajustadas en su medida, ejemplarmente presentadas y son, como la actual, auténticas joyas que vienen a enriquecer nuestro conocimiento de la historia del arte de modo excepcional. 
  • La colección permanente está perfectamente acotada. 
  • Cada pieza es perfectamente representativa de su autor y de primerísima calidad. En algunas ocasiones incluso son prácticamente sus piezas más emblemáticas, como en el caso de Sempere, Guillermo Pérez Villalta o Zobel.
  • Es gratuito para todo el público. 
  • No cuesta nada al erario público. 
  • El espacio está al servicio del contenido, al contrario que muchos otros museos de arte contemporáneo.  
  • Tiene un clima propicio para la contemplación y el reposo.
Pocos conocen que la Fundación Juan March tuvo un impulsor de excepción en la figura de el mallorquín más universal que ha dado esta tierra después de Ramon Llull: Joan Mascaró Fornés. Él fue quien perseveró en la sugerencia de la creación de esa Fundación a lo largo de su correspondencia con Joan March (leanse las recopilaciones de sus cartas).
A veces tenemos la impresión de que hay un pacto de silencio contra este museo. Se buscan escusas como que no publicita suficientemente sus exposiciones y eventos, pero no es cierto. Cualquiera puede suscribirse a sus excelentes boletines y entrar en su magnífica página web: march.es. Lo que sí es cierto es que la prensa local le dedica muy poca atención, sus redacciones sabrán el porqué.


Un magnífico ejemplo de todo lo dicho es la actual exposición de Baumeister, que hasta el 10 de diciembre exhibe casi 50 pinturas y 25 dibujos realizados entre las décadas de 1910 y 1950 por una de las figuras más relevantes de las vanguardias en Alemania.
Willi Baumeister (1889-1955) fue uno de los artistas que tuvo la valentía y la fuerza de salvaguardar, en momentos históricos muy duros para su país y para el mundo, las ideas y las esperanzas de la modernidad. Como ella, su pretensión fue totalizadora: su obra y su magisterio se extendieron, más allá de los clásicos campos de la pintura, el dibujo y la obra gráfica, hasta los de la tipografía y la escenografía teatral.

Más allá de Alemania
Pero Willi Baumeister no fue sólo un artista alemán: su influencia y sus relaciones profesionales y de amistad trascendieron las fronteras geográficas de su país. Es por eso que tres instituciones europeas se han puesto de acuerdo para organizar esta exposición que ofrece una visión global de su creación artística. De esta forma, y tras mostrarse en Palma, esta muestra viajará a Suiza (al Kunstmuseum Winterthur, entre el 28 de enero y el 22 de abril de 2012) y a Italia (al MART, Museo d´arte moderna e contemporánea di Trento e Rovento, entre el 23 de junio y el 23 de septiembre de 2012).
La creación artística de Willi Baumeister se desarrolló en grupos de obras temáticamente relacionadas entre sí. Destacan dos ciclos, uno dedicado al pintor y a la modelo y el otro al deporte; ambos temas están muy en consonancia con el espíritu de las vanguardias contemporáneas y con el momento histórico que le tocó vivir, el ambiente y la cultura de la República de Weimar. En efecto, en las décadas de los 20 y 30 el arte “descubre” el mundo del deporte y su cultura. Baumeister, inmerso en la investigación de las posibilidades de representación del cuerpo humano en movimiento, lo incorpora a su universo iconográfico.
Flammchenbild_willi_baumeisterCon frecuencia, Baumeister representa también su propio atelier, un gesto relacionado sin duda con sus reflexiones sobre la identidad del artista, reflexiones que recogerá en su ensayo Das Unbekannte in der Kunst (Lo desconocido en el arte, de 1947), y en otros muchos textos, algunos de los cuales se vierten por primera vez al español en el catálogo de esta muestra.
Víctima de los nazis
En la evolución de su trabajo artístico, el lenguaje iconográfico arcaico habría de jugar un papel esencial: sus composiciones con arena de los años 30, inspiradas en las pinturas rupestres de Valltorta (España), muestran una gran fidelidad a la naturaleza al mismo tiempo que un avance hacia la abstracción, con figuras que se convierten en signos y en grafías, reforzando así su carácter simbólico.
A partir de 1933, se ve inmerso en polémicas extra-artísticas y, víctima de una campaña de prensa, acaba engrosando la lista de artistas y de "arte degenerado" elaborada por las autoridades nacionalsocialistas. A pesar de ello, Baumeister sigue trabajando e investigando, y su obra, inspirada por la idea de un arte que se adentra en lo desconocido y descubre lo nuevo, acabará por traspasar definitivamente los límites del naturalismo. En 1947, parte de su investigación tomará forma en Das Unbekannte in der Kunst, donde, además, se pone de manifiesto la vocación docente del artista, partícipe, en este sentido, de los principios de la Bauhaus.
Las obras que componen la muestra proceden en su mayoría del legado del artista, custodiado en el Archiv Baumeister del Kunstmuseum Stuttgart, y también de su familia.


Suiza, España e Italia
Pintor-con-paleta_willi_baumeisterEl catálogo que acompaña la muestra profundiza en la imagen que transmiten las obras de Baumeister. El ensayo de Wolfgang Schieder, de la Universidad de Leipzig, parte de una mirada al taller de Baumeister para desarrollar desde ella un panorama de su obra. Y, en consonancia con las tres sedes de la exposición, los tres ensayos siguientes tratan de la relación de Willi Baumeister con Suiza, España e Italia.
Si la relación con Suiza está determinada, sobre todo, por la amistad, plena de intercambios, con Otto Meyer-Amden –quien, con su crítico antagonismo, suponía un desafío para Baumeister–, la de Italia está bajo el signo del razionalismo de la década de los 30, con las muestras de importantes artistas abstractos en la galería milanesa Il Milione, en la que Baumeister también expuso –formando parte brevemente del discurso crítico que alentó el arte italiano de esa época.
En el caso de España fue el crítico Eduardo Westerdahl quien acogió la obra de Baumeister, publicando en 1934 una monografía sobre el artista. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Escuela de Altamira, en Santillana del Mar, le invitaría a participar en sus congresos. Menos conocidas son, sin embargo, las escenografías y figurines de Baumeister para la première del ballet El amor brujo de Manuel de Falla en Stuttgart en 1947.
Elena Pontiggia y Hadwig Goez han desarrollado estas dos presencias internacionales de Baumeister en sus textos, aportando muchas novedades. Finalmente, una selección de ensayos del artista –hoy apenas accesibles– completan la publicación. Estos textos presentan, de modo breve y conciso, temas esenciales en su obra –la legitimidad del arte abstracto, el significado de la superficie y las relaciones entre imagen y espacio, o entre color y espacio– y revelan la importancia que tenía para el artista el saberse situado dentro de ese continuo de la historia del arte, certeza que constituye en todo momento el punto de partida de su argumentación.
Palma. Willi Baumeister (1889-1955). Pinturas y dibujos. Museo Fundación Juan March.
Del 8 de junio al 10 de diciembre de 2011.
En el atelier de Willi Baumeister (extracto de Martin Schieder, Orden apolíneo. En el atelier de Willi Baumeister, del catálogo de la exposición)
En 2012, esta exposición se exhibirá en Suiza e Italia.